Vicente García de la Huerta
(Vicente Antonio García de la Huerta; Zafra, España, 1734 - Madrid, 1787) Dramaturgo español. De familia humilde, cursó estudios en Salamanca y Madrid, y halló en la capital española empleo como archivero y bibliotecario. Bajo la protección del duque de Alba, ingresó en la Academia Española y en la de San Fernando, pero fue encarcelado en Orán debido a los sarcasmos que dirigió contra el conde de Aranda. Más tarde fue desterrado a Granada y sufrió siete nuevos años de presidio, tras lo cual se trasladó a Madrid, donde pasó estrecheces económicas.
Vicente García de la Huerta
Su primera y más destacada obra, Raquel, estrenada en Barcelona en 1775, está considerada como una excelente muestra del teatro neoclásico español. Basada en un suceso relatado en la Crónica General de Alfonso X el Sabio (que había servido ya de fuente para sendas obras de Lope de Vega y Antonio Mira de Amescua), tiene como protagonista al monarca Alfonso VIII de Castilla, quien, enamorado de la judía Raquel, la ha convertido en su favorita, causando con ello gran disgusto entre el pueblo y los grandes del reino, hasta el punto de provocar una revuelta.
Tragedia que sigue los rígidos principios clásicos, pero de espíritu ya romántico, Raquel es el fruto, en su forma, de una significativa síntesis: para obedecer los cánones neoclásicos franceses, García de la Huerta observa las regla de las tres unidades (tiempo, lugar y acción); pero, al recurrir a la división en tres actos en lugar de cinco, vuelve a la tradición de Lope de Vega y de Calderón de la Barca, que sin embargo viola al sustituir el sistema polimétrico por el endecasílabo blanco. Producto de un período de transición, que fue pobrísimo en manifestaciones artísticas de verdadera grandeza, Raquel es notable por ser la única gran tragedia del siglo XVIII español.
García de la Huerta publicó también Agamenón vengado, adaptación de la Electra de Sófocles, y tradujo a Voltaire. Editó asimismo una poco acertada antología del teatro español en dieciocho volúmenes titulada Theatro hespañol (sic, 1785-1786), por la que se le reprochó su supuesta falta de formación intelectual; a excepción de Calderón de la Barca, García de la Huerta prescindió en ella de los grandes dramaturgos del Siglo de Oro (Lope de Vega, Tirso de Molina, Juan Ruiz de Alarcón) y desde su arbitraria e incomprensible selección lanzó una defensa a ultranza del teatro español, generando controversias con ilustrados como Samaniego, Jovellanos o Juan Pablo Forner. A pesar de su escasa obra poética, parte de la crítica considera a García de la Huerta un destacado precursor del romanticismo español, debido a la fuerza de carácter que imprimió a sus personajes, alejados ya de la frialdad y el racionalismo clasicista.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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