Juan Gómez de Mora

(Madrid, 1586-1648) Arquitecto español. Se formó con su tío, Francisco de Mora. El Renacimiento italiano y la obra de Juan de Herrera fueron las dos fuentes en las que se inspiró para sus edificios, ordenados y dominados por la simetría, aunque enriquecidos con una mayor profusión decorativa que los de sus modelos. Trabajó principalmente en Madrid, al servicio de la corte, y fue uno de los grandes arquitectos del siglo XVII. Entre sus obras maestras se encuentran la Plaza Mayor de Madrid, la Quinta de la Zarzuela y la Clerecía de Salamanca, en la que destaca el trascoro. Aunque las líneas de sus obras son esencialmente clasicistas, por su tendencia al enriquecimiento decorativo sus edificios se consideran de transición al Barroco.


La Clerecía de Salamanca

Hijo de Juan Gómez, pintor de cámara del rey, era sobrino del también arquitecto y director de las obras reales Francisco de Mora, quien lo formó en el rígido canon posclasicista de Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera. Tras el fallecimiento en 1611 de su tío, con el que había colaborado como arquitecto, Juan Gómez de Mora le sucedió en el cargo de maestro mayor en las obras reales de los palacios de Madrid y, poco después, fue nombrado primer trazador y arquitecto de Felipe III.

Como arquitecto real proyectó y dirigió la primera etapa de la edificación (1617-1628) del Colegio Real de la Compañía de Jesús en Salamanca, destinado a la formación de religiosos y conocido como La Clerecía desde la expulsión de la orden (1767). El colegio fue construido gracias a la dotación económica estipulada en el testamento de la reina Margarita de Austria-Estiria (1584-1611). Enmarcado en un espacio urbano delimitado, en el que debía integrarse, su planta se articula de acuerdo con la ubicación de las diferentes partes del conjunto, que consta de dos grandes pabellones en torno a dos patios, las distintas dependencias colegiales, un claustro y una iglesia.

La iglesia, cuyo interior se adecúa al paradigma jesuítico de unidad espacial, vigente desde la realización de la romana iglesia del Gesù de Jacopo Vignola, posee una sola nave, cubierta con bóvedas de lunetos, capillas intercomunicadas entre los contrafuertes, tribuna y una sacristía en la cabecera, adosada a la capilla mayor en sentido transversal a la nave. La cúpula que cierra la construcción fue trazada en 1650 por Pedro Matos, director de las obras a partir de 1652. A Gómez de Mora se debe también el cuerpo bajo de la fachada principal, con columnas adosadas de orden compuesto o corintio que lo compartimentan en distintos planos y lo dotan de dinamismo gracias a los juegos de luces y sombras, y entablamientos con metopas y triglifos, que mantienen el retranqueo de la fachada para obtener su unidad compositiva.


Plaza Mayor de Madrid

Gómez de Mora terminó en sólo dos años (1617-1619) la Plaza Mayor de Madrid. Iniciada por Juan de Herrera durante el reinado de Felipe II de España (1556-1598) en un primer intento de ordenación urbanística de la capital del reino, la Plaza Mayor proporcionó el gran espacio abierto que la Corte necesitaba para la celebración de acontecimientos civiles y religiosos. La obra, que tiene como antecedentes las tradicionales plazas castellanas, porticadas y abiertas, y la Plaza Mayor de Valladolid, fue dañada diversas veces por el fuego (1631, 1672 y 1790). Su fisonomía actual le fue conferida por las distintas reformas que durante la segunda mitad del siglo XVIII tuvieron que realizar tanto José Jiménez Donoso como Juan de Villanueva. Del proyecto de Gómez de Mora sobreviven las arcadas de piedra, con columnas toscanas adosadas, correspondientes al pórtico de la Casa de la Panadería, y la estructura, sobria y funcional. También en 1617, y dentro del plan de ordenación urbana, ideó las fuentes de la Cebada y de la plaza Santa Cruz.

Entre 1619 y 1627 unificó el heterogéneo conjunto que ofrecían los distintos pabellones residenciales y militares que integraban el Alcázar de Madrid mediante una larga fachada flanqueada por torreones con chapiteles de pizarra. Como en el colegio jesuítico salmantino, una red de pilastras e impostas enmarcaban los distintos elementos de la fachada y le conferían empuje vertical y unidad. El almohadillado del zócalo y las hiladas de aparejo rústico entre los pisos conseguían mantener su aspecto de fortaleza militar, reforzada por el hastial entre aletones ubicado sobre la puerta principal, decorado con un enorme escudo de la dinastía de los Austria. El Alcázar se incendió en 1734 y sobre el terreno que ocupaba se construyó el actual Palacio Real.

Durante las décadas de 1620 y 1630 participó en la construcción del panteón oval del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), para el que había dibujado los planos en 1617; trazó asimismo el claustro de la catedral de Zamora (1621), intervino en la edificación del Colegio del Rey de Alcalá de Henares (Madrid, 1625), erigió las desaparecidas iglesias del convento de San Gil y de Nuestra Señora de Loreto de Madrid y presentó un proyecto para la capilla de San Isidro, en la iglesia de San Andrés de Madrid, que fue sustituido por otro de Pedro de la Torre (1639).

Numerosos estudios le atribuyen también la autoría de la Cárcel de la Corte (Madrid, 1629-1634), hoy Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. El doble patio, comunicado por una galería de arcos dispuestos en dos pisos, hace suponer que para el diseño de dicha cárcel tomó como modelo el hospital Tavera de Toledo. La fachada, con torres en los ángulos rematadas en chapiteles, es de ladrillo, con excepción de los marcos de las ventanas y el cuerpo central, de piedra, que quedan resaltados. Su sistema de articulación recuerda al de la fachada de la iglesia jesuítica de Alcalá de Henares. Los dos pisos avanzan y retroceden rítmicamente, mientras el entablamento superior se rompe para dar paso a un enorme escudo. Hasta 1975, cuando testimonios documentales refrendaron que el carmelita descalzo fray Alberto de la Madre de Dios fue el autor del convento de la Encarnación de Madrid, había sido atribuida a Gómez de Mora la realización del proyecto, que presentaba semejanzas formales con el que Francisco de Mora había llevado a cabo en la iglesia de San José de Ávila.

Enemistado con Gaspar de Guzmán y Pimentel, conde-duque de Olivares, quien en los primeros años del reinado de Felipe IV (1621-1665) intentó sustituirlo por su protegido Alonso Carbonell, Juan Gómez de Mora fue desterrado temporalmente a Murcia en 1637. Su último proyecto conocido fue el Ayuntamiento de Madrid o Casa de la Villa (1640-1644), alterado en su planta y en su fachada por José de Villarreal y Teodoro Ardemans antes de que concluyera el siglo XVII. Por su formación intelectual y por el reconocimiento en su persona del profesional liberal, Juan Gómez de Mora desempeñó un papel de primer orden tanto en la nueva concepción de la figura del arquitecto como en la orientación de la arquitectura española en su tránsito del manierismo postherreriano a los inicios del barroco.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].