James Mason
(Huddersfield, 1909 - Lausanne, 1984) Actor de cine británico. Más de cincuenta años de carrera acreditan a James Mason como uno de los actores de carácter más sólidos de las industrias cinematográficas británica y estadounidense. Hijo de un próspero comerciante, el joven Mason abandonó sus estudios de arquitectura en Cambridge para dedicarse a la interpretación en el Dublin's Gate Company Players y en el prestigioso Old Vic de Londres, bajo la dirección de Tyrone Guthrie y Alexander Korda.
James Mason
Debutó en el cine con Late Extra (1935), de Alfred Parker, y en poco tiempo se convirtió en un rostro familiar en las producciones de bajo presupuesto, las llamadas quota quickies (en referencia a la cuota que obligaba a que un determinado número de las películas estrenadas en el Reino Unido fuesen producciones británicas). En 1941 contrajo matrimonio con Pamela Kellino.
Por esos años intervino en gran número de películas, y se hizo un hueco como actor de carácter, por lo general de villano con un toque sádico y refinado. En este registro obtuvo sus dos primeros éxitos con Perfidia (1943), de Leslie Arliss, y El séptimo velo (1947), de Compton Bennett; en esta última, su extraordinaria interpretación de despiadado mentor de su sobrina pianista ha sido considerada por algunos como la mejor de su larga carrera. Otra de sus grandes películas de esta primera época fue Larga es la noche (1947), de Carol Reed, en la que encarnó al líder independentista irlandés Johnny McQueen, perseguido por la policía tras un audaz robo.
Los éxitos obtenidos en la industria británica le permitieron partir a Estados Unidos, donde debutó con Caught (1949), de Max Ophüls. Su amplia experiencia y su talento le llevaron a interpretar un gran número de papeles en Hollywood. En ellos se alejó de la imagen más dura de trabajos anteriores, aunque sin perder nada de su refinamiento, y aportando siempre un toque de clase y una voz característica y rica en matices. No obstante, continuó interpretando preferentemente personajes torturados y cerebrales.
Entre lo mejor de sus primeros trabajos americanos destacaron Madame Bovary (1949), de Vincente Minnelli, en la que interpretó al mismo Gustave Flaubert, autor de la célebre novela en que se basa el filme. Le siguieron la cinta de aventuras El prisionero de Zenda (1952), de Richard Torpe, y las más feliz adaptación del Julio César de Shakespeare: el Julio César (1953) de Joseph L. Mankiewicz, en el que encarnó a un excelente Bruto.
James Mason en Julio César (1953)
y en Con la muerte en los talones (1959)
De esta etapa americana cabe destacar el Globo de Oro y la nominación al Oscar al mejor actor por Ha nacido una estrella (1954), de George Cukor. Mason interpretó a un antiguo astro en decadencia, Norman Maine, descubridor y amante de la joven Vicky Lester (Judy Garland), cuya carrera logra impulsar hasta el estrellato. A caballo entre el melodrama y el musical, la película era un remake del clásico Ha nacido una estrella (1937), de William A. Wellman, escrito por Dorothy Parker y protagonizado por Frederic March.
En los años cincuenta debutó como director con The Child (1954) y produjo asimismo películas de otros cineastas. Una de las mejores fue Bigger than life (1956), de Nicholas Ray, en la que interpretó a un hombre adicto a la morfina como consecuencia del tratamiento de un accidente. A lo largo de este periodo participó tanto en papeles secundarios como protagonistas en un gran número de películas. Entre sus mejores interpretaciones de reparto destaca Con la muerte en los talones (1959), de Alfred Hitchcock, en la que representó al malvado Phillip Vandamm, incansable y refinado perseguidor de Cary Grant.
Lolita (1962), de Stanley Kubrick, marcó otra de las cimas de su trayectoria con su contenida recreación del profesor Humbert, obsesionado con la "nínfula" del título, interpretada por Sue Lyon. El filme es una magistral adaptación de la en su momento escandalosa novela Lolita, de Vladimir Nabokov. En 1964 se separó de su primera esposa tras un complicado y caro proceso de divorcio que lo llevó a multiplicar su actividad cinematográfica durante los años sesenta, lo que afectó a la calidad de algunos de sus trabajos. Fue nominado al Oscar al mejor actor secundario por La soltera retozona (1966), de Silvio Narizzano, en la que repitió el esquema de Lolita, esta vez con una joven Lynn Redgrave como objeto de deseo.
En agosto de 1971 se casó con su segunda esposa, la actriz Clarissa Kaye. Durante la década de los setenta intervino en numerosas cintas europeas de escaso interés, generalmente coproducciones británicas. La cruz de hierro (1977), última película dirigida por Sam Peckinpah, y El cielo puede esperar (1978), producción americana dirigida por Herbert Ross y protagonizada por Warren Beatty, fueron algunos de los mejores títulos de este período.
En 1981 publicó su autobiografía, Before I forget. Obtuvo su tercera y última nominación al Oscar, segunda como mejor secundario, por Veredicto final (1984), de Sidney Lumet, en la que dio vida a un duro abogado enfrentado al protagonista, Paul Newman. Su última aparición destacable en la pantalla grande fue en La cacería (1985), de Alan Bridges.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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