Timón el Silógrafo

(También llamado Timón de Fliunte; Fliunte, c. 320 - ?, c. 230 a.J.C.) Poeta y filósofo griego. Fue discípulo de Estilpón de Megara y de Pirrón de Elis. De su obra (poemas filosóficos y satíricos, comedias y tragedias) sólo se conservan fragmentos.


Timón de Fliunte

Hijo de Timar, pertenecía a una familia pobre, y se ganó la vida como danzante. Al principio fue discípulo de Estilpón, jefe de la escuela de Megara; encontró luego a Pirrón y aceptó y divulgó su filosofía escéptica. Después de haber viajado largamente se retiró a Atenas, donde falleció a los ochenta años. Su producción literaria, perdida casi por completo, en la que figuraban incluso tragedias y comedias, estaba dedicada en gran parte a la divulgación de la ideología escéptica; las teorías de la escuela aparecían expuestas en la obra Las imágenes.

Timón de Fliunte es llamado el Silógrafo porque se le recuerda especialmente como autor de Silios, composiciones paródicas en verso dirigidas contra el dogmatismo de los filósofos de otras tendencias; y ciertamente este género, en boga durante la época alejandrina, tuvo en Timón a su más célebre cultivador. Los Silios de Timón, escritos en hexámetros, estaban divididos en tres libros, de los cuales han llegado hasta nosotros unos fragmentos bastante reducidos.

El primer libro contenía una disputa entre filósofos, suscitada por Eris, a imitación de aquella con que se inicia la Ilíada; el cínico personaje superior a las pasiones y no afectado por los vicios de los demás es Pirrón de Elis, veneradísimo maestro del autor. Otro motivo del primer libro era una "pesca" de filósofos, que sería imitada por Luciano de Samosata en su obra El pescador.

El segundo y el tercer libros narraban una bajada al infierno a imitación de la homérica del libro XI de la Odisea. Jenófanes hace las veces de Tiresias, y se aparecen a Timón los diversos filósofos: en el segundo libro los más antiguos, y en el tercero los modernos. Entre éstos el autor toma por blanco, sobre todo, a Zenón de Citio y a Epicuro; quedan exentos de la sátira Pirrón de Elis y Jenófanes, considerados como tendencialmente escépticos. Los escasos fragmentos conservados no permiten formarse una idea precisa de los Silios; la sátira debía de ser en ellos aguda y llena de ingenio, vivo y original su lenguaje, y ejercieron cierto influjo en la poesía humorística cínica, especialmente en la de Menipo. En la Antigüedad gozaron de notable fama.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].