Ludwig van Beethoven

 
Su obra. Son ciento treinta y siete las obras clasificadas de Beethoven, entre las que destacan sus nueve sinfonías, los seis conciertos para piano y orquesta, las treinta y dos sonatas para piano, dos misas y su única ópera, Fidelio. La mayor parte de estas composiciones fueron escritas cuando su creador estaba ya aquejado de una humillante y trágica dolencia: la sordera. Sus problemas auditivos comenzaron justo cuando Beethoven se hallaba en el punto culminante de su capacidad musical, en el preciso instante en que sus obras empezaban a expresar una madurez magistral y el estilo propio e inconfundible del maestro. Fue en el año 1800, paralelamente a la aparición de la Sonata para piano nº 8 Patética, que ya mostraba una particular estructura fundamentada en el leitmotiv: las cuatro notas iniciales se repiten configurando un tema principal, desarrollado mediante variaciones y otorgando a toda la composición una dinámica muy especial. Seis años después tendría lugar el estreno de la Sinfonía nº 3 en mi bemol mayor, también llamada Sinfonía Grande o Heroica, que festejaba las hazañas de Napoleón Bonaparte. Como muchos de sus contemporáneos, Beethoven admiraba al hombre que había sido capaz de recoger el testigo de la Revolución Francesa y fundar una nueva república dando sentido a los ideales de libertad y hermandad que recorrían Europa, pero se sintió traicionado cuando el corso se hizo proclamar emperador, y hubo de ahogar su cólera en un amargo llanto de decepción. En la imagen, el más conocido retrato del compositor, realizado por Joseph Karl Stieler en 1820.