Ludwig van Beethoven

 
Niño prodigio. El desequilibrado ambiente familiar hizo de Ludwig un niño meditabundo, solitario y encerrado en sí mismo; con frecuencia, al no mostrar reacción alguna tras haber sido preguntado, respondía: "Estoy ocupado con un pensamiento muy bonito y no quiero ser molestado." A los siete años dio un primer concierto de piano que satisfizo grandemente a su progenitor y empezó a participar en numerosos conciertos públicos, en los cuales evidenció un singular talento para la improvisación. Luego de haber conocido a un músico ambulante denominado Tobías Pfeiffer, al organista Van den Eeden y al violinista Rovantini, primo suyo, Beethoven halló finalmente un buen maestro en otro organista, Neefe, que sucedió a Van den Eeden en 1782. Neefe era discípulo de un alumno de Bach, y mantenía viva la admiración por éste; además, se trataba no sólo de un buen músico, sino también de un espíritu culto y noble, que escribía con acierto sobre temas de su arte y era corresponsal de varios periódicos. Neefe intuyó las posibilidades del joven confiado a sus cuidados, y, al mismo tiempo que le daba una óptima instrucción musical, se preocupó, con afectuoso interés, de su difícil formación espiritual y le infundió el gusto por las lecturas elevadas; por otra parte, alentó su aptitud para la composición haciéndole publicar las Variaciones sobre una marcha de Dressler y destacando la personalidad de su joven discípulo en un elogioso artículo aparecido en Magazin der Musik (1783).

En 1784 obtuvo el cargo de segundo organista de la corte, interpretando además la viola en la orquesta del elector. En 1787 el joven músico realizó un primer y breve viaje a Viena, donde tocó ante Mozart, quien tuvo para él palabras de encomio, diversamente referidas. Muerta la madre a su regreso, el 17 de julio de 1787, y jubilado su padre (1789), Beethoven asumió, prácticamente, la responsabilidad de cabeza de familia en relación con sus dos hermanos menores. Tocaba la viola en el teatro de la corte, y de esta suerte pudo familiarizarse con el repertorio contemporáneo de ópera, integrado por obras de Mozart, Gluck, Paisiello, Cimarosa, Sacchini, Guglielmi, Sarti, Grétry, Delayrac y Monsigny. Contaba ya en su activo con diversas composiciones instrumentales, que fueron alabadas por Joseph Haydn al pasar éste por la corte de Bonn durante sus viajes a Londres (en la Navidad de 1790 y, posiblemente, aun cuando ello no se haya comprobado, en 1792, a su regreso de la capital inglesa). En la imagen, un retrato de Beethoven a los trece años de edad.