Pedro Lombardo
(Novara, actual Italia, c. 1100 - París, 1160) Teólogo lombardo. Brillante profesor de teología, fue nombrado obispo de París en 1159. Su obra principal son sus Cuatro libros de sentencias, base de la teología de la Edad Media.
Pedro Lombardo
Nacido en una localidad de Lombardía, región italiana de la que tomó su sobrenombre, Pedro Lombardo procedía de una familia muy humilde (su madre era al parecer lavandera), y sólo gracias a ayudas y subvenciones pudo cursar estudios en Bolonia. Por una carta de San Bernardo de Claraval conocemos el viaje de Pedro Lombardo a Francia hacia los años 1136-1139. Después de una corta estancia en Reims, llegó a París con una recomendación de San Bernardo para los victorinos.
La estancia en París había de ser breve; sin embargo, Pedro Lombardo permanecería en la ciudad hasta el fin de sus días. No se sabe muy bien en qué escuelas continuó sus estudios y ejerció la docencia. Sin duda tuvo excelentes relaciones con la abadía de San Víctor; probablemente allí completó su formación teológica, y más tarde enseñó teología en la escuela catedralicia de París.
Tampoco se conocen apenas las circunstancias que determinaron la composición de sus obras, más allá de lo que se indica o sugiere en las mismas. Es seguro que hacia 1142-1143 había dado a conocer sus Comentarios a las Epístolas de San Pablo, pues por esos años fueron criticados por Gerhoch de Reichersberg. También se sabe, por testimonio de Juan de Salisbury, que participó en 1148 en el Concilio de Reims. Hacia 1152 recibió una recomendación del papa Eugenio III para la concesión de unas prebendas en la diócesis de Beauvais, y por esas mismas fechas efectuó un viaje a Roma. El nombramiento al obispado de París le llegó en 1159, tan sólo un año antes de su fallecimiento.
Obras de Pedro Lombardo
Además de los Cuatro libros de sentencias, se deben a Pedro Lombardo otras tres obras indudablemente auténticas. En los Comentarios a los Salmos, Pedro Lombardo va comentando verso por verso cada uno de los ciento cincuenta salmos del rey David, recogiendo las citas de los Padres y de los escritores eclesiásticos. Estas glosas son anteriores a los Comentarios a las Epístolas de San Pablo (hacia 1142-1143), contra los que Gerhoch de Reichersberg lanzó una acusación de adopcionismo. Los Sermones, por último, están claramente inspirados en textos de las Sagradas Escrituras, con alusiones bíblicas que en ocasiones abusan del sentido espiritual; durante mucho tiempo se atribuyeron erróneamente a Hildeberto de Lavardin.
Los Cuatro libros de sentencias, con frecuencia designados simplemente como Sentencias, constituyen la obra principal de Pedro Lombardo, a la que está unido su título de magister sententiarum («maestro de las sentencias»). Compuesta hacia 1150 o en 1152, según los estudiosos, es posible que la obra sea un resumen de las lecciones dictadas por Pedro Lombardo durante el periodo de su docencia. El texto llegó a ser manual escolar hasta el siglo XVI, época en que fue sustituido por la Suma teológica de Santo Tomás de Aquino: en la Universidad de París, todo bachiller en Teología debía exponer las Sentencias para optar al grado de doctor. Su autoridad deriva de ser una gran obra de síntesis, en la que se recogen y sistematizan los elementos tradicionales de la ciencia divina y se expresa, en muchos puntos, el sentir de la Iglesia sobre esas cuestiones. El IV Concilio de Letrán (1215) consagró su autoridad magistral, y su influjo fue notable y duradero.
Más que por su vigor especulativo, las Sentencias interesan por las sistematizaciones de la amplia materia teológica tratada didácticamente. Se trata, pues, de una summa o enciclopedia, sin tener por otra parte la claridad expositiva por la que brillaría en el siglo siguiente la obra de Tomás de Aquino. El autor sigue un modelo en parte fijado en Francia por Pedro Abelardo en su Introducción a la teología y por Hugo de San Víctor en los Sacramentos de la fe cristiana, y, como los citados teólogos, añade a las sentencias citadas sobre éste o aquel tema de fe consideraciones propias y tratados varios en una verdadera reelaboración de la materia.
Los Cuatro libros de sentencias se ocupan sucesivamente de la Trinidad, de la rebelión de Lucifer, de la creación del hombre, del pecado original, de la expulsión del Paraíso terrenal, de Jesucristo, de la Redención y, por último, de los Sacramentos, a los que dedica la totalidad del cuarto libro, insistiendo en la distinción entre remedios sacramentales y sacramentos y fijando su número en siete. Por diversas que sean las fuentes, no siempre fundidas orgánicamente, la obra es una notable enciclopedia del conocimiento teológico medieval y tuvo gran importancia en el desarrollo de la filosofía escolástica posterior. Entre los comentarios más importantes de las Sentencias de Pedro Lombardo cabe destacar los de Alejandro de Hales, San Buenaventura, Santo Tomás de Aquino, Egidio Romano y John Duns Escoto.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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