Walt Disney

 
Blancanieves. Walt Disney debutó en el largometraje con Blancanieves y los siete enanitos, encantadora versión animada del relato de los hermanos Grimm. Tras el éxito obtenido con los cortometrajes protagonizados por el simpático Mickey Mouse, Disney invirtió más de tres años y 1,5 millones de dólares en la producción de este clásico del cine infantil. Para ello se rodeó de más de quinientos animadores que se encargaron de hacer realidad el sueño del tío Walt (nombre con el que era conocido en su compañía).

Blancanieves y los siete enanitos recaudó casi ocho millones de dólares, una cantidad muy importante si tenemos en cuenta que por aquel entonces Estados Unidos estaba sumido en una profunda depresión económica. Uno de los mayores logros del filme es su sabia utilización de los distintos caracteres de los siete enanitos, creando todo tipo de situaciones cómicas con las que el público infantil ríe sin cesar.

Situada en un reino fantástico, la historia comienza con el descubrimiento de la Reina de que existe una muchacha más hermosa que ella: su hijastra Blancanieves. La Reina decide eliminar a Blancanieves, y ordena a un cazador que la encuentre y la mate. La pobre Blancanieves, asustada, se refugia en una casa habitada por siete divertidos enanos. La Reina, transformada en una malvada bruja, tentará a la inocente muchacha con una manzana envenenada. Por suerte, un apuesto príncipe salvará a Blancanieves con un beso.

La versión de Disney presenta diversas diferencias con el cuento que los hermanos Grimm escribieron en 1812. Disney añadió varios personajes para que la historia fuera más vivaz. Los animales del bosque, junto a los enanitos, protegen a la joven y aportan al filme el tono humorístico. La acción nunca se centra demasiado en un personaje, sino que es interrumpida por acciones simultáneas que dan agilidad al relato y añaden riqueza al guión. Disney también intensificó la maldad de la madrastra; así, por ejemplo, hizo que en sus estancias apareciera un esqueleto. Este elemento de terror contrasta con la dulzura de Blancanieves y el humor de los enanitos, los tres puntales de la película.

En el cuento, la Reina intenta en cuatro ocasiones terminar con la vida de Blancanieves (el cazador, un lazo, un peine envenenado y finalmente entregándole la manzana), mientras que en la película sólo figuran el intento del cazador y el de la reina con la manzana. Disney también restó crueldad al final del relato al obviar que, el día de la boda con el príncipe, obligaron a la madrastra a bailar con unos zapatos de hierro candente hasta morir. La Academia de Hollywood premió a Walt Disney con siete miniaturas del premio Oscar en reconocimiento a la innovación que la película supuso para el mundo del cine.