Victoria I de Inglaterra

 
Últimos años. El príncipe Alberto falleció en 1861, víctima del tifus. El fallecimiento de su esposo afectó profundamente a la reina Victoria, que nunca pudo superarlo por completo. Fue fiel al recuerdo de su marido, se envolvió en una vestimenta de luto para el resto de sus días y descuidó en algo al principio los asuntos de gobierno, pero seguiría manteniendo hasta su muerte una conducta ejemplar. Fue ella, con su marcada personalidad, quien dio unidad y coherencia a este periodo crucial de la historia del Reino Unido, haciendo de la corona británica un ejemplo de integridad política, probidad ética y felicidad doméstica. Con la rectitud y juicio que mantuvo en su vida privada y con su alto sentido de la responsabilidad en los asuntos de Estado, la reina Victoria devolvió a la institución monárquica el prestigio y respetabilidad que había perdido en la época anterior, proporcionando la indispensable base de estabilidad y confianza sobre la que se construiría la prosperidad y el progreso de su país. En la imagen, la reina Victoria en una fotografía tomada en 1894.