Teatro crítico universal

Esta obra de Benito Jerónimo Feijoo, cuyo título completo reza Teatro crítico universal, o Discursos varios en todo género de materias, para desengaño de errores comunes, es una vasta colección de ensayos de carácter enciclopédico. Publicado entre 1726 y 1740, en nueve volúmenes, el Teatro crítico universal está formado por ciento dieciocho ensayos que, junto a los ciento sesenta y dos de las Cartas eruditas y curiosas, se yerguen "como un enorme monumento del espíritu crítico, en medio del desierto intelectual que en el siglo XVIII se extendía por toda España" (Montoliu).

Los ensayos del Teatro, o "discursos", como los llama el autor, se ocupan de las más variadas disciplinas: física y matemática, ciencia natural y medicina, astronomía y geografía, filosofía, economía y derecho, literatura y filología. Con espíritu verdaderamente critico, Benito Jerónimo Feijoo expone en estos ensayos, que a menudo tienen la amplitud de un tratado, los resultados de sus investigaciones en los diversos asuntos. Su enciclopedismo, basado en una erudición vasta y al día, tiene una amplitud extraordinariamente varia, iluminada por un pensamiento que juzga, precisa y corrige, y combate prejuicios, supersticiones y viejas costumbres.


Edición de 1781 del Teatro crítico universal

En la investigación científica Feijoo se inclina hacia el método experimental; en la crítica hagiográfica, siguiendo el ejemplo de los bolandistas, exige el examen de las fuentes históricas y la búsqueda del documento; en la estética, rehuyendo toda forma racional, busca el "no sé qué" del sentimiento y se apoya en el gusto ("Razón del gusto"), por lo que Menéndez Pelayo definió este último ensayo como "un verdadero manifiesto romántico"; en política, rehuyendo el cerrado nacionalismo, y sin negar a la patria, exalta en cada nación lo que ésta tiene de verdaderamente humano.

Entre los artículos sobre las ciencias naturales pueden justamente recordarse "Paradojas físicas", "Paradojas matemáticas", "Intransmutabilidad de los elementos", "Maravillas de la Naturaleza" y "De lo que sobra y falta en la Física y en la enseñanza de la Medicina". Entre los de filosofía sobresalen "Mapa intelectual y cotejo de las naciones", "Escepticismo filosófico", "Mérito y fortuna de Aristóteles", "Argumentos de autoridad" y "Defensa de las mujeres", entre otros.

Pero los ensayos más celebrados son los que se ocupan de literatura y filología, como "Paralelo de las lenguas castellana y francesa", "Razón del gusto", "El no sé qué", "Música de los templos" y "Reflexiones sobre la Historia". Notables son también los textos sobre las supersticiones de los doctos y del vulgo, entre los cuales cabe destacar "Astrología judiciaria", "Artes divinatorias", "Milagros supuestos", "Transformaciones mágicas", "Duendes y espíritus familiares" o "Piedra filosofal".

El Padre Feijoo fue comparado con Voltaire por sus propios admiradores y se le ha llamado "el Voltaire español". Pero dejando aparte el escepticismo, que en Voltaire es radical y metódico, mientras que en Feijoo es discreto y nunca toca el dogma, el epíteto contiene una intuición feliz en cuanto afirma un secreto parentesco entre ambos autores, tan diferentes de categoría y de presupuestos ideológicos.

Común a los dos escritores es la aspiración a un enciclopedismo destinado a ampliar y profundizar los esquemas de la vieja erudición en que se había fosilizado el saber humanista del Renacimiento; y común, aunque sea con las diferencias que naturalmente hay que establecer entre el teísmo del uno y el catolicismo del otro, es el espíritu de revisión general. Feijoo es un escritor brillante, claro, sencillo, incisivo y nervioso, que no tiene escrúpulos en sacrificar la demasiado pesada y recargada prosa científica castellana, acercándola a la claridad cartesiana de la presa francesa.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].