Constantino

Recordado como el primer emperador que se convirtió al cristianismo y como el fundador de Constantinopla (la actual Estambul), la importancia del emperador romano Constantino I, llamado justamente el Grande, va más allá de estos hechos anecdóticos. Cuando, tras medio siglo de anarquía, la caída del Imperio Romano parecía inminente, Constantino logró coronar con éxito los esfuerzos de su predecesor, Diocleciano, devolviéndole su antigua unidad y estabilidad. Pero fue sobre todo su política religiosa la que marcaría el rumbo de la historia: no se limitó a tolerar veladamente el cristianismo, como algunos emperadores anteriores, sino que protegió y favoreció activamente una religión hasta entonces minoritaria. Era el primer paso hacia un proceso histórico de trascendentales consecuencias: la cristianización de Occidente. La siguiente serie de imágenes permite seguir los principales hechos de su vida. Haz clic en las miniaturas para ampliarlas.

Clic para ampliar
Busto
Clic para ampliar
La tetrarquía
Clic para ampliar
La batalla del Puente Milvio
Clic para ampliar
El Concilio de Nicea
Clic para ampliar
Constantinopla
Clic para ampliar
Conversión