Diego Velázquez

 
El príncipe Baltasar Carlos
1635 - 1636
Lienzo. 2,09 x 1,73
Museo del Prado, Madrid.

Del mismo conjunto del Salón de Reinos, pero pintado ya enteramente por Velázquez, procede este delicioso retrato del malogrado príncipe, con su jaca en corbeta recortándose sobre el fondo plateado del Guadarrama con nieve, donde se distingue el picacho de la Maliciosa. El infante es sin duda una de las figuras más simpáticas de toda la galería de personajes velazqueños.

El efecto un tanto ingrato del animal, que visto frontalmente resulta algo rígido y desproporcionado, se corrige teniendo en cuenta que fue pintado para sobrepuerta, contando con la visión de abajo arriba, que le devuelve toda su vivacidad y audacia de escorzo barroco, técnica que Velázquez sin duda hubo de ver en grabados flamencos de exaltación militar, conocidos y aún populares en su tiempo.